EL SENTIDO DEL HUMOR Y LAS DINÁMICAS PARA GRUPOS:

 

 

 

 

En todos los grupos el sentido del humor es una circunstancia que se presenta en forma natural y puede cambiar el proceso del grupo en el desarrollo de una Dinámica. El sentido del humor puede convertir una dinámica es un proceso más interesante e incluso emocionante.

Que se reconozca el sentido del humor y se le emplee como parte constructiva en el proceso de un grupo, es uno de los secretos de los expertos en el manejo exitoso de Dinámicas para grupos.

Al desarrollar y utilizar positivamente el sentido del humor existente en todo grupo, el facilitador puede ejercer una importante influencia en las actitudes y la ejecución de una Dinámica grupal.

Un sentido del humor positivo aumenta el goce de una actividad, reduce las defensas, incrementa la disponibilidad, abre la comunicación y aumenta la sensación personal de pertenencia. Obviamente, el sentido del humor no es una panacea para lograr el éxito de una Dinámica; sin embargo, no reconocerlo y manejarlo influirá en la forma en que trabaje el grupo, en la actitud de sus miembros y el modo de funcionamiento general.

Los grupos que presenten patrones defensivos, no creativos e incluso hostiles, el empleo del humor puede ser un ingrediente importante para cambiar el patrón no constructivo o para reducir el desarrollo del mismo.

Los miembros de un grupo, sin haber nacido cómicos o sin ser particularmente graciosos, tienen la capacidad de desarrollar un sentido del humor positivo, desde sonrisas internas hasta carcajadas externas. La clavé esta en la habilidad para planear ciertos acontecimientos que permitan que el humor tome forma y surja de la vida progresiva del grupo, de su actividad y propósito. Si el grupo ha desarrollado cierto grado de confianza, será más fácil explotar el humor, en virtud de que los individuos serán menos tímidos, les será más fácil expresar sus sentimientos, serán menos competitivos y, por tanto, capaces de participar más positivamente en una experiencia grupal compartida.

Es paradójico que aunque a la mayoría de las personas les gusta divertirse y disfrutar del humor, con mucha frecuencia se resistan a usarlo. Para muchas personas, incluyendo a algunos facilitadores, el sentido del humor es equivalente a ser tontos o a perder el tiempo. Quizá la mayor resistencia de las personas al uso del humor es la sensación aprendida de que en la escuela y en el trabajo no son lugares para divertirse y reír. Tienen la creencia de que para lograr el aprendizaje es necesario trabajar duro y debe ser tratado en forma seria. El sentido del humor y la diversión señalan la falta de seriedad, el mal uso del tiempo y la falta de atención a lo que es realmente importante.

El sentido del humor no sólo se relaciona con la tontería, perder el tiempo y la pereza, sino que también con mucha frecuencia se le considera una señal de inmadurez.

Sabemos que el sentido del humor puede emplearse de manera eficaz para desorientar a los individuos, para alejarlos de las situaciones potencialmente hostiles y agresivas, y para minimizar un suceso negativo. Asimismo se puede utilizar como medio de evitar el conflicto o la confrontación dentro del grupo. En contraste, los miembros de un grupo pueden valerse del humor para lastimar o dañar a otros o para reducir el valor de las contribuciones de éstos. El facilitador es responsable de identificar y guiar el sentido del humor de un grupo para utilizarlo como una herramienta que le ayude al logro de sus objetivos de aprendizaje.

 

 

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